¿Palabras brotadas una noche
entre silencios desnudos del alma,
que fusionaron nuestras palabras
en un eterno y azul sueño?
¿Esperanzas recordadas tras un cristal
que pujaron los versos que nos entregamos,
con letras de papeles arrugados,
amarillos, del sin tiempo?
¿Miradas y penumbras del aliento,
deseándonos el cuerpo…tu cuerpo,
entre mis temblores imaginarios
siempre explotando a un gran deseo?
Como no preguntarnos una y otra vez
todo aquello que sin querer,
fue el anhelo de nuestro designio;
que ¡tantas horas versadas!
se volvieron reales, furtivas y con sigilo.
Sellemos el pacto que una vez tuvimos,
entre flores blancas, entre sombras,
entre todo lo que sentimos…
“Quiero de ti el sin tiempo permitido,
las ganas de tomarte entre mis abrazos,
el momento del café compartido…
el secreto eterno que nos une,
como esperanza a los que de verdad aman,
que todo sueño es posible, ¡es cierto!,
si la verdad es la luz que señala…
Pídeme el deseo a la estrella de oriente,
viaja conmigo al fin del mundo,
sé mi guía a cualquier penitente,
se mío, seré tuya, entre quimeras compasadas,
inspírame la poesía, se siempre mi musa,
mi eterno y loco libre albedrío…
Yo…yo seré lo que tanto amas,
lo que para ti es puro, peculiar, esencial…
¡Qué importa lo demás, si esto tiene un destino!,
sin respuestas de preguntas, sin desatinos,
que mientras tu existas, mientras vivas…
serás el amor puro, seré tu dama, la inspiración,
la caricia preñada, el beso dulce que nos dimos…
y quien sabe del mañana, del futuro,y del después...