Dime…
si en las noches pétreas con tus manos juegas
a buscarme entre las níveas sabanas
que aguardan la dulce reserva…
y sigiloso sudas con el cuerpo alterado,
que tu piel se eriza para penetrarme…
rozarme sediento de sensualidad…
tu quieres copularme…
Dime…
cuando recostada en tu vientre alterado
mis piernas te aprisionan cabalgando
y el roce de tu vello que me erotiza
acompaña los jadeos que se liban…
y extenuado te retuerces con la almohada
si mis pechos en tu boca exaltan,
turgentes de apuro nocturno
la lengua va dibujando el efluvio…
Dime…
cuando en tus brazos me apretabas
y tu virilidad se excitaba en mis nalgas,
húmedos de locura ardiente
cada vaivén a mordiscos gritaba…
y sudores corriendo en nuestra carne
lograban esculpirnos las palmas,
tórridos de pasión calcinante…
consumando el clímax… convulsionada…
Dime…
si aun sueñas con letargo,
recorrerme como mapa, agonizando,
si en tus manos va latiendo en silencio
mi palpitación con cada orgasmo
y deliras en las noches con ese momento
en que fui tuya… mar adentro…
ávidos de lujuria y deseo,
sabes, que aun, sigo encadenada…
encadenada a tu cuerpo etéreo…
¡Dímelo!...
Laparka
